Historia y política

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José Herrera Peña

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índice

Semblanza


I. VIAJES

1. IDIOMAS

2. PARÍS

3. EUROPA

a) Italia

b) Los otros países


II. EL BOTÁNICO

TOURNEFORT

PLUMIER

LYNNEUS

PLANTAE SELECTAE

DE CANDOLLE

OTROS BOTÁNICOS

OBRAS DE APOYO

HUERTAS

JARDINES

RASPAIL

VON LIEBIG

BOUSSINGAULT

OTROS TRABAJOS


 III. NATURALEZA

1. LECLERC

2. JARDÍN DE PLANTAS

3. PRECURSORES

4. CONTEMPORÁNEOS

A.  LYELL

B. OTROS

5. MANUALES


IV. SOCIEDAD

A. Filosofía

1. BAYLE

2.  FRERET

3. D’ALEMBERT

4. DIDEROT

5. ENCICLOPEDIA METÓDICA

B) Biografía e historia

1. GIBBON

2. GIRARD

3. GAILLARD

4. CHATEAUBRIAND

5. MICHELET

6. OTROS

7. LAMENNAIS

8. OTRAS OBRAS

C. Literatura

1. Novela

2. Poesía y fábula


CONCLUSIÓN

_____________



FONDO MELCHOR OCAMPO

Biblioteca Pública de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo

 

A. GENERALIDADES

B. LOS TREINTA Y OCHO LIBROS






MELCHOR OCAMPO

algunos de sus libros

por

JOSÉ HERRERA PEÑA


IV. SOCIEDAD

A. Filosofía

2. NICOLÁS FRERET

Aún si sus escritos no pasaron a la posteridad y su nombre no figura al lado de los hombres más importantes del siglo XVIII, Nicolás Freret fue considerado como uno de los sabios más grandes de su tiempo. Nació en París en 1688 y murió en 1749. Después de hacer estudios completos y muy profundos en el área jurídica, se hundió en los universos de la filosofía, la literatura, la geografía, la historia, la cronología, la mitología, las lenguas y demás.

Aparentemente, no era el personaje agradable y sociable que pudiera creerse cuando se leen sus páginas sobre el placer de la conversación. Según Bougainville –hermano mayor del célebre viajero que dio nombre a las bugambilias, a las que en Morelia se prefiere llamar camelinas-, Freret había adquirido una rudeza exterior que hacía que se le rechazara. Sensible a la contradicción, no tenía suficiente imperio sobre sí mismo para evitar imponerla a los demás y la disputa lo llevaba frecuentemente demasiado lejos.

A la edad de diecinueve años, el joven erudito presentó un discurso de entrada en la Academia que causó sensación. Oponiéndose al mito según el cual los francos habían surgido de los troyanos guiados por su rey Francio, probó que no son más que descendientes de los pueblos germánicos y bárbaros que invadieron las Galias en el milenio precedente. Como era una ofensa dudar del parentesco del Luis XIV con el legendario Príamo, al salir de la sesión, fue inmediatamente recluido en la Bastilla.

Felizmente, el recuerdo que dejó no fue el de su temperamento irascible y su espíritu de contradicción, sino el de sus ideas. La historia fue el principal objeto de sus preocupaciones. Decía que la cronología y la geografía son los ojos de la historia. Sin ellas se está condenado a extraviarse en las tinieblas del pasado. La cronología antigua es un laberinto, pero puede recorrerse con éxito si la erudición recibe de manos de la crítica el hilo que conduce sus pasos. Agregaba que el conocimiento de las lenguas es no menos necesario, porque es el único medio de despejar el origen y el desarrollo de las naciones. Por otra parte, además de las revoluciones, que tantas veces han cambiado los escenarios del mundo, se ofrecen a nuestros ojos variedad de costumbres, religiones, sistemas filosóficos, regímenes jurídicos y políticos, nacimiento de las artes y progresos del espíritu humano. Sin poseer los conocimientos del conjunto -a través de cada una de sus partes-, es imposible ser historiador.

Múltiples, pues, son las ramas del estudio de la historia, de cada una de las cuales brotan otras más, hasta el infinito. Freret las abarcó todas. Se pegó a cada una de esas ramas de estudio como si fuera la única, pasó a la siguiente y así sucesivamente. Escribió sus obras en forma de Disertaciones, piezas maestras que le valieron grandes elogios. Destacan las que se refieren a Los Negocios de Nínive, la Cronología de los Caldeos, Los Egipcios, Los pueblos de la India, El origen de los primeros habitantes de Grecia y varias más. En todas hizo sentir la importancia del tema. Y sin que se advierta en su exposición, todas están apuntaladas por un método riguroso. Para conocerlo, basta leer sus Reflexiones sobre el estudio de las historias antiguas o sobre el grado de certitud de sus pruebas; discurso que, impreso en el sexto volumen de las Memorias de la Academia de Bellas Artes, es el prefacio de todo lo que investigó sobre la antigüedad.

Su obra está en la encrucijada de dos épocas. Toda noticia sobre Freret es una noticia sobre la erupción de las ciencias en los tiempos modernos, pero el impetuoso desarrollo de éstas sepultó su recuerdo. Ocampo adquiere sus Obras completas, Oeuvres, en diez tomos[1].

 


[1]Octubres de Freret, número 285”. Anotación de Arreola: “(En el original dice: Octubres. Se trata de las Obras Completas de este autor, editadas en París, 1789)”.


3. JEAN LE ROND D’ALEMBERT

















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