Historia y política

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José Herrera Peña

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Semblanza


I. VIAJES

1. IDIOMAS

2. PARÍS

3. EUROPA

a) Italia

b) Los otros países


II. EL BOTÁNICO

TOURNEFORT

PLUMIER

LYNNEUS

PLANTAE SELECTAE

DE CANDOLLE

OTROS BOTÁNICOS

OBRAS DE APOYO

HUERTAS

JARDINES

RASPAIL

VON LIEBIG

BOUSSINGAULT

OTROS TRABAJOS


III. NATURALEZA

1. LECLERC

2. JARDÍN DE PLANTAS

3. PRECURSORES

4. CONTEMPORÁNEOS

A.  LYELL

B. OTROS

5. MANUALES


IV. SOCIEDAD

A. Filosofía

1. BAYLE

2.  FRERET

3. D’ALEMBERT

4. DIDEROT

5. ENCICLOPEDIA METÓDICA

B) Biografía e historia

1. GIBBON

2. GIRARD

3. GAILLARD

4. CHATEAUBRIAND

5. MICHELET

6. OTROS

7. LAMENNAIS

8. OTRAS OBRAS

C. Literatura

1. Novela

2. Poesía y fábula


CONCLUSIÓN

_____________



FONDO MELCHOR OCAMPO

Biblioteca Pública de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo

 





MELCHOR OCAMPO

algunos de sus libros

por

JOSÉ HERRERA PEÑA

II. EL BOTÁNICO

 

JARDINES

Además de los frutales, están los jardines ornamentales. Más tarde, escribirá algunas notas sobre los Jardines antiguos de México[1].

Por lo pronto, cae en sus manos La teoría y la práctica de la jardinería y un tratado de hidráulica, de Antoine-Joseph Dezallier d’Argenville; obra que trata a fondo sobre los hermosos jardines comúnmente llamados de placer y descanso, así como las prácticas geométricas necesarias para trazar sobre el terreno toda clase de figuras y, al final, un tratado hidráulico adecuado a los jardines; obra clásica que se editó por primera vez en 1747 con ciento cincuenta ilustraciones, planos y figuras, y cuya segunda edición de 1760 todavía está a la venta en los días que Ocampo se encuentra en París[2].

Un libro fundamental en esta materia es el Buen Jardinero, almanaque anual con preceptos generales de cultivo e indicaciones, mes por mes, de los trabajos a hacer en los jardines. Es la descripción, historia y cultivo particular de todas las plantas y hortalizas, útiles o propias para el forraje; de los árboles frutales de toda especie, con la manera de tratarlos e indicaciones para que den mejores frutos; de las cebollas y plantas florales o decorativas, aún las más raras, y de los árboles y arbustos útiles o decorativos, con un cuadro muy completo de todos los nombres de cada planta, precedidos de un vocabulario explicativo de los términos de jardinería o de botánica que tengan necesidad de interpretación.

El buen jardiinero es una obra tan útil en su género, que habiendo aparecido la primera edición en 1755, con 168 páginas, 153 ediciones más tarde, en 1992, se había enriquecido hasta llegar a 2,998 páginas. En todo caso, Ocampo adquiere el ejemplar correspondiente al año de 1841[3]. Veinte años después de su regreso a México, en 1861, al retirarse de la vida pública y volver a su pequeña hacienda de Pomoca -sólo para ser asesinado-, le llegará de Francia el ejemplar correspondiente a 1860[4].

Estando en parís, el joven Ocampo no hace a un lado el tratado sobre la composición de los jardines. Al contrario. Por esos años, quizá hacia 1830, Boitard ha publicado una obra estupenda, El arte de la composición y decoración de los jardines, enriquecido con ciento veinte láminas[5].

Por otra parte, el tulipán ha cautivado a Europa en los últimos tiempos. Esa flor, que llenaba de alegría y de color los jardines de los sultanes turcos, fue traída a fines del siglo XVII a los Países Bajos por Carlos Clusius, para descubrir sus propiedades curativas. No le encontró ninguna, pero quedó enamorado de la flor y descubrió los procedimientos para crearla bajo nuevas formas y nuevos colores.

De pronto surgió una enfermedad social: la tulipanomanía. La compraventa de los bulbos entró en los terrenos de la especulación, y entre 1634 y 1637, un solo bulbo llegó a costar el equivalente de diez mil dólares. Tal es la razón por la que se convirtió en el símbolo de la riqueza. Ocampo piensa que esa flor podría reproducirse con facilidad en México, particularmente cerca de su tierra. Un naturalista francés, Charles Malo, famoso por su libro sobre las mariposas, ha escrito una magnífica Historia de los tulipanes. Ocampo la adquiere[6].

 


[1] Melchor Ocampo, apostillas al artículo de Luis de la Rosa sobre los Jardines antiguos de México, Marzo 14 de 1843.

[2] Antoine-Joseph Dezallier d'Argenville, La théorie et la pratique du jardinage et un traité d’hydraulique, Paris, Charles-Antoine, 1760. Aparece en el número 319 de la lista de los albaceas bajo el título Théorie du jardiner”.

[3] A. Poiteau, Le bon jardinier, Paris, Audot, éditeur, 1841. Aparece en el número 279 de la lista de albaceas bajo el título “Le bon jardinier”.

[4] Vilmorin, Poiteau, Vilmorin et autres, Le bon jardinier, Paris, librairie agricole de la maison rustique, 1860. Aparece en el  número 325 de la lista de albaceas bajo el título “Le bon jardinier”. Anotación de Arreola: “(obra con el mismo título en el número 279). Por otra parte, el mismo Arreola señala en su libro sobre Ocampo (ed. 1992, p. 186) que uno de los albaceas, el señor Sabás Iturbide, autorizado para tomar los libros que deseara antes de entregar el resto al Colegio de San Nicolás, escogió nueve en francés, entre ellos, éste.Lo cierto es que las dos ediciones de este título, la de 1841 y la de 1860, están en la biblioteca de la sala Melchor Ocampo.

[5] Boitard M., L'art de composer et décorer les jardins, Paris, Ed. Roret, 1830. Aparece en el número 244 de la lista de los albaceas bajo el título Traité de la composition des jardins”. Según Arreola, también la reservó para sí el señor Iturbide.

[6] Aparece en el número 453 de la lista de los albaceas bajo el título “Ch. Malo. Histoire des tulipes.


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