índice
Semblanza
I.
VIAJES
1.
IDIOMAS
2.
PARÍS
3.
EUROPA
a)
Italia
b)
Los otros países
II.
EL BOTÁNICO
TOURNEFORT
PLUMIER
LYNNEUS
PLANTAE
SELECTAE
DE
CANDOLLE
OTROS
BOTÁNICOS
OBRAS
DE APOYO
HUERTAS
JARDINES
RASPAIL
VON
LIEBIG
BOUSSINGAULT
OTROS
TRABAJOS
III.
NATURALEZA
1.
LECLERC
2.
JARDÍN DE PLANTAS
3.
PRECURSORES
4.
CONTEMPORÁNEOS
A.
LYELL
B.
OTROS
5.
MANUALES
IV.
SOCIEDAD
A.
Filosofía
1.
BAYLE
2.
FRERET
3.
D’ALEMBERT
4.
DIDEROT
5.
ENCICLOPEDIA METÓDICA
B)
Biografía e historia
1.
GIBBON
2.
GIRARD
3.
GAILLARD
4.
CHATEAUBRIAND
5.
MICHELET
6.
OTROS
7.
LAMENNAIS
8.
OTRAS OBRAS
C.
Literatura
1.
Novela
2.
Poesía y fábula
CONCLUSIÓN
_____________
FONDO MELCHOR OCAMPO
Biblioteca
Pública de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo
A.
GENERALIDADES
B.
LOS TREINTA Y OCHO LIBROS
|
MELCHOR
OCAMPO
algunos
de sus libros
por
JOSÉ
HERRERA PEÑA
IV. SOCIEDAD
B) Biografía e historia
2. STEPHEN
GIRARD
Pero al joven abogado, naturalista y botánico, no le
interesan tanto la declinación y la caída de los imperios, cuanto el
surgimiento y la consolidación de las naciones, como la suya, cuyos dolores
de alumbramiento no han terminado, y parece que persistirán todavía por
mucho tiempo. Las naciones se forman con el talento y la decisión de
hombres extraordinarios o gracias a la marcha de los pueblos, o por ambas
cosas, como lo prueba la historia de su propia patria, tan diferente a la de
Estados Unidos, pero mientras ésta se ha logrado como nación
independiente, como lo confirma el relato de Guizot, República de los Estados Unidos, en dos
tomos, la otra, es decir, la suya, su México, todavía se agita entre
sacudidas, espasmos y convulsiones. ¿Qué ha faltado? ¿Qué ha sobrado?
En Estados Unidos, cuando fallaron los individuos, se
puso el pueblo en movimiento, y cuando éste desmayó, surgieron los
individuos. Y estos se presentaron no sólo en el campo de la política sino
también en los demás, en todos los demás. Ahí está el caso de Stephen
Girard,
por ejemplo, quien sin participar directamente en los asuntos públicos,
como Franklin, ni en los campos de batalla, como Lafayette,
fue uno de los artífices de esa nación.
Girard nació en Burdeos, Francia, y
murió en 1831, es decir, hace diez años, si se considera que Ocampo
permanece en Europa en 1840 y 1841. Marino francés convertido en armador, Girard
se
percató desde su temprana juventud del potencial de mercado que
representaban las colonias inglesas de América del Norte. Siguiendo su
instinto mercantil, se dedicó a comprar azúcar y café en las Antillas
francesas, a venderlos en las colonias inglesas, y a la inversa, a embarcar
los bienes producidos por éstas y a realizarlos en las Antillas. Esa labor
le permitió acumular rápidamente un capital considerable.
Dados sus frecuentes tratos de negocios con armadores y comerciantes,
estuvo en Nueva York
varias veces; pero no fue sino hasta que llegó a Filadelfia en 1776 -más
por razones circunstanciales que con un propósito definido- cuando hizo de
las colonias inglesas su hogar permanente. En esos días difíciles, en que
las colonias decidieron obtener su independencia, apoyó su lucha. Y estando
la joven nación caída y marginada, vino a su rescate, en el momento en que
ésta más lo necesitaba. Tuvo el valor y el coraje de arriesgar su fortuna
para garantizar al gobierno norteamericano, recién formado, un préstamo de
más de ocho millones de dólares, sin pedirle ninguna concesión a cambio
(que por otra parte pudo haber fácilmente conseguido)
En
1812, a los sesenta y dos años de edad, Girard fundó
un banco en la isla Guadalupe -que lleva su nombre- y dos años después,
obtenida la paz con Inglaterra, en gran parte gracias a su peso, desplegó
una gran actividad para asegurar el despegue económico de la nueva nación
que había adoptado. En 1816, su banco se convertiría en el segundo de
Estados Unidos; Girard
llegaría a ser el ciudadano más acaudalado de este país, y contribuiría
en varias maneras a su temprano crecimiento. Su influencia sería evidente
en asuntos financieros y bancarios, embarcaciones, construcción e incluso
en materia política, y más tarde, la extendería a los negocios de carbón,
minas y ferrocarriles.
México, es cierto, nunca ha tenido un Girard que esté dispuesto a
arriesgar sus bienes por la nación; en cambio, muchos han arriesgado los
bienes de la nación, en su beneficio personal, e incluso, algunos se han
apropiado de esos bienes. Esa ha sido la diferencia.
3.
GABRIEL HENRI GAILLARD
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