índice
Semblanza
I.
VIAJES
1.
IDIOMAS
2.
PARÍS
3.
EUROPA
a)
Italia
b)
Los otros países
II.
EL BOTÁNICO
TOURNEFORT
PLUMIER
LYNNEUS
PLANTAE
SELECTAE
DE
CANDOLLE
OTROS
BOTÁNICOS
OBRAS
DE APOYO
HUERTAS
JARDINES
RASPAIL
VON
LIEBIG
BOUSSINGAULT
OTROS
TRABAJOS
III.
NATURALEZA
1.
LECLERC
2.
JARDÍN DE PLANTAS
3.
PRECURSORES
4.
CONTEMPORÁNEOS
A.
LYELL
B.
OTROS
5.
MANUALES
IV.
SOCIEDAD
A.
Filosofía
1.
BAYLE
2.
FRERET
3.
D’ALEMBERT
4.
DIDEROT
5.
ENCICLOPEDIA METÓDICA
B)
Biografía e historia
1.
GIBBON
2.
GIRARD
3.
GAILLARD
4.
CHATEAUBRIAND
5.
MICHELET
6.
OTROS
7.
LAMENNAIS
8.
OTRAS OBRAS
C.
Literatura
1.
Novela
2.
Poesía y fábula
CONCLUSIÓN
_____________
FONDO MELCHOR OCAMPO
Biblioteca
Pública de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo
A.
GENERALIDADES
B.
LOS TREINTA Y OCHO LIBROS
|
MELCHOR
OCAMPO
algunos
de sus libros
por
JOSÉ
HERRERA PEÑA
IV. SOCIEDAD
A.
Filosofía
5.
ENCICLOPEDIA METÓDICA
La
Enciclopedia Metódica fue editada entre 1751 y 1772 bajo la dirección
de d’Alembert y
Diderot. Su propósito fue reunir
y difundir en prosa clara y accesible los frutos del conocimiento y del
saber acumulados. Contiene setenta y dos mil artículos de más de ciento
cuarenta colaboradores, entre ellos, Voltaire,
Rousseau, Holbach o Turgot, para
no citar sino algunos. Es un trabajo de referencia masivo para las artes y
las ciencias, pero también una máquina de guerra que sirvió para difundir
las ideas de las luces. La obra fue saludada como la suma del conocimiento
moderno y un monumento al progreso de la razón en el siglo XVIII. Por esta
misma razón fue condenada.
Apenas
inventada la imprenta, se generó un caos en la producción de libros. Era
necesario poner orden. Conrad
Gesner
presentó por primera vez una obra bibliográfica, la Bibliotheca
universalis, que publicó de 1545 a 1548, con
un repertorio de dieciséis mil títulos por orden alfabético de autores,
al que agregó una clasificación de noticias por orden lógico de materias.
Luego, Teodoro Swinger
ofreció en 1586 una inmensa compilación de citas en veintinueve tomos,
adoptando la “técnica metódica de recolección de lugares comunes”; técnica
que consiste en colocar proposiciones, ejemplos y sentencias extraídos de
los textos, en tópicos y rúbricas jerárquicamente organizadas, y que
permite su inmediato reempleo en la composición de los discursos.
A
fin del siglo XVII, Pierre Bayle,
impresionado por la multitud espantosa de libros y por la masa de errores
que encierran, se dio a la caza de estos y su obra la realizó escogiendo el
orden alfabético, que evita toda jerarquía y privilegio en la descripción
de los objetos. Gottfried
Wilhelm von Leibnitz,
por su parte, soñó en una biblioteca ideal y escribió textos teóricos
consagrados a las cuestiones de clasificación. Aspiró a hacer un
inventario general de los conocimientos, operativo y ágil. Siendo
bibliotecario en Wolfenbüttel, vinculó su proyecto enciclopédico a cierta idea de
biblioteca redonda que le permitiera abarcar de un solo golpe toda la
extensión del saber. Leibnitz
llamó biblioteca universal escogida a aquélla que contiene una
enciclopedia de todas las facultades, ciencias, disciplinas, doctrinas y
obras del espíritu. Sus numerosos trabajos nutrirían proyectos enciclopédicos
futuros y suscitarían algunas utopías arquitectónicas.
El
Prospectus
que escribe d’Alembert, del cual se reproducen ocho mil ejemplares en 1750, establece las
condiciones de la publicación de la Enciclopedia Metódica, círculo
universal de conocimientos. Constará de diez volúmenes, ocho de texto y
dos de láminas. Se entregará por suscripción: sesenta libras, pago
inicial; treinta y seis libras, a la entrega del primer volumen (previsto
para el año siguiente); veinticuatro libras a la entrega de cada volumen
siguiente (uno cada seis meses)
y cuarenta libras al recibir el octavo volumen y los dos de láminas. Total,
trescientos setenta y dos libras, por diez volúmenes, en cinco años. Para
tener una idea de su costo, el sueldo de curas y vicarios es de trescientas
libras al año, según decreto del gobierno francés, de 29 de enero de
1686. En caso de alcanzar mil suscriptores, se generará una negocio de casi
setenta y cinco mil libras al año. Sin embargo, antes de salir el primer
tomo, los suscriptores sumarán más del doble y pronto llegarán al cuádruple.
D’Alembert y Diderot
buscan la colaboración de todos los sabios, literatos y filósofos más
insignes que florecen en Francia. Diderot se encarga de artes y oficios, historia de la filosofía
antigua y coordina todos los materiales; D´Alembert
de las ciencias matemáticas; Rousseau de la música; Daubenton
de la historia natural; el abate Mallet de la teología; el abate Yvon
de la metafísica, la lógica y la moral; Toussaint de la jurisprudencia; Ecdous
del blasón; el abate La Chapelle de las ciencias elementales; Le
Blond
de la fortificación y de la táctica militar; Gaussier
del corte de piedras; Argenville de la jardinería y de la hidráulica; Bellin
de la marina; Tarm de la anatomía y la sicología; Louis de la cirugía;
Malouin
de la química; Blondel de la arquitectura; Leroy
de la relojería y la descripción de los instrumentos astronómicos; Vaudenesré
de la medicina pura; Landois de la pintura, escultura y grabado, y Dumarsais
de la gramática y filología.
D´Alembert presenta el proyecto de la
obra en su famoso Discurso,
conforme al Árbol de los conocimientos humanos de Francis Bacon. Desde el principio, la
Enciclopedia tiene enemigos poderosos, principalmente jesuitas,
jansenistas y eclesiásticos en general, y será recibida con violentos
ataques. Se acusa a los redactores de rebajar a los reyes y a los santos, y
de predicar la libertad de expresión. En cambio, Voltaire,
en la conclusión de El Siglo de Luis XIV, saluda la obra “inmensa
e inmortal” de sus discípulos. La monarquía se inclina por suspenderla,
pero gracias a una mujer, madame de Pompadour,
sigue apareciendo, aunque los ataques continúan multiplicándose.
En
1758, D’Alembert
defecciona. Pocos años después, en 1764, Diderot, al
buscar una información en uno de los volúmenes impresos aunque todavía no
distribuidos, se entera que, para evitar todo problema con la censura, el
editor Le
Breton ha
falsificado desde hace dos años algunos de sus artículos y otros de Saint-Lambert, de Turgot, de
D’Holbach y de Jacourt. El
filósofo expresa su indignación en una carta de varias páginas. “Es una
atrocidad de la cual no hay ejemplo desde los orígenes de la producción de
libros. ¿Ha habido jamás diez volúmenes clandestinamente cercenados,
mutilados, amputados, deshonrados por un impresor?” Profundamente
lastimado, admite que es imposible reimprimirlo todo y, presionado por sus
amigos, lleva el trabajo a su fin. No por ello disminuye su amargura. Ha
ocurrido otro descuido. “Nuestra obra estaría concluida si no hubiera
ocurrido una nueva estupidez del impresor, que olvidó parte del manuscrito
en un rincón. Hoy tengo suficiente por el resto de la semana. Mañana
aullaré...”
Los
volúmenes de la Enciclopedia aparecen a compás irregular. En
vez de cinco años transcurren casi veinticinco, pero en lugar de diez
volúmenes, se publican veintiocho. Los primeros siete, entre 1751 y
1757, al ritmo de uno por año. Los diez últimos, en 1766. Y los once
de láminas, entre 1761 y 1772, a cadencia de uno por año.
Desde
1768, Panckoucke,
que era entonces el librero de la imprenta real y de la Academia de
Ciencias, quiso reeditar la Enciclopedia, pero Diderot trató de disuadirlo: escribió una
memoria en la que estima que la obra fue saboteada por colaboradores
mediocres y que debe ser completamente reescrita.
Sin embargo, Panckoucke
compró los derechos y los cobres grabados a Le
Breton y sus asociados, y de 1776 a 1777 editó
cinco volúmenes de Suplemento al Diccionario razonado,
cuyas planchas fueron publicadas en París y en Ámsterdam, sin que Diderot
ni sus colaboradores participaran.
Finalmente,
Carlos José Panckoucke
consideró que Diderot
tenía razón y se lanzó a la gran aventura: refundió la Enciclopedia,
aunque no según el proyecto original sino conforme a un sistema de
diccionarios separados, organizada por materias y reescrita por autores que pertenecen todos a la inteligencia
de la época. Su título es Enciclopedia metódica o por
orden de materias; empresa gigantesca de
doscientos diez volúmenes, de los cuales ciento cincuenta y siete son de
texto y cincuenta y tres de láminas. Se publicó en París y no sería
terminada sino hasta 1832, treinta años después de su muerte, gracias a la
tenacidad de sus sucesores.
Esta edición abandona el árbol de los conocimientos
heredado del ideal filosófico, en provecho de un orden de materias que
representa una transición hacia el positivismo. Los
artículos de una misma materia forman diccionarios separados, en todos los
cuales se sigue el orden alfabético. Son veintiocho materias: matemáticas; física;
medicina; anatomía y fisiología; cirugía; química; metalurgia y
farmacia; agricultura; historia natural de los animales, dividida en
seis partes; mecánica; minerales; geografía física; geografía
antigua y moderna; antigüedades; historia; teología; filosofía; metafísica;
lógica y moral; gramática y literatura; derecho; hacienda; economía política;
comercio; marina; arte militar; bellas artes, y artes y oficios. Esta es la
obra que adquiere el joven michoacano en París, en ciento noventa volúmenes,
publicados de 1789 a 1830.
Quince
años después, aproximadamente, también se hará de la Enciclopedia moderna,
de Francisco P. Mellado, en treinta y cuatro volúmenes, 1853-55.
B) Biografía e historia
1. GIBBON
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