Política e historia

José Herrera Peña

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CARÁCTER

JOSÉ HERRERA PEÑA

15 enero 2002. Entre los numerosos compañeros de Ricardo Flores Magón, el profesor Librado Rivera fue el más próximo a él. A diferencia de Antonio Díaz Soto y Gama, Juan Sarabia, Antonio Villarreal y Jesús Flores Magón, que en 1911 dejaron a Ricardo para apoyar a Madero, y de Florencio I. Villarreal, Trinidad Villarreal, José Flores y Enrique Flores Magón, que en 1917 simplemente se cansaron de luchar, Rivera lo siguió hasta el fin. Su camaradería duró más de veinte años: desde 1901, en que se llevó a cabo el Primer Congreso Liberal en San Luis Potosí, durante el cual se conocieron, hasta 1922, en que Ricardo murió en la cárcel de Leavenworth, Kansas, en donde ambos estaban presos.

Rivera comenzó a combatir a la dictadura porfirista en la Escuela Normal de Maestros de San Luis Potosí, de la que fue catedrático de historia y geografía, y director. En la biblioteca de su paisano Camilo Arriaga descubrió las obras de Bakunin, Kropotkin y otros escritores anarquistas, y las devoró apasionadamente. En febrero de 1901 escuchó que Ricardo Flores Magón en el Primer Congreso Liberal acusaba a la administración de Porfirio Díaz de ser una madriguera de ladrones, y se hicieron amigos

Poco antes del Segundo Congreso (que debía llevarse a cabo en febrero de 1902) Juan Sarabia, editor de Renacimiento, Camilo Arriaga, Antonio Díaz Soto y Gama, y el propio Librado fueron arrestados en San Luis Potosí por el ejército; llevados a la penitenciaría; acusados de obstruir a las fuerzas públicas en el ejercicio de sus funciones, y sentenciados a un año de cárcel. Pero allí mismo, en la cárcel, fundaron el periódico El demófilo para criticar la política de Díaz en aspectos como la conscripción militar, es decir, la leva, a la que consideraron como un sistema de trabajo forzado. Cuatro meses después, el gobierno clausuraría el periódico e incomunicaría a los autores.

Al ser puestos en libertad, Rivera viajó a la Ciudad de México y en marzo de 1903 se reunió con Ricardo Flores Magón (también liberado recientemente de prisión). A partir de entonces, las vidas de estos dos hombres se entrelazaron estrechamente. Participaron en los mismos periódicos. Padecieron su clausura. Fueron arrojados a los mismos calabozos. En 1904 se exilaron juntos. En 1906 formaron en EEUU la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano, teniendo a Ricardo como presidente y a Librado como el primero de los tres vocales. Y compartieron las mismas penalidades.

También en la “república modelo”, al publicar Regeneración y otros escritos, sus imprentas serían confiscadas o destrozadas, y ellos, privados de la libertad. En 1906, mientras Ricardo huía a Canadá, Librado fue acusado en San Luis Missouri de haber cometido los delitos de robo y asesinato durante la huelga de Cananea, Sonora, de junio anterior. Se le alojó en un tren con la intención de ser deportado ilegalmente a México. Dos periódicos de San Luis denunciarían los hechos, por lo que los secuestradores tendrían que bajar del tren al prisionero en un pueblo llamado Irenton y esperar a que se olvidara el asunto. Pero los periódicos no suspendieron su campaña hasta que fue llevado de regreso a San Luis y puesto a disposición de un juez federal. El juez, por su parte, al conocer los cargos, consideró que eran de naturaleza política, sin base jurídica de ninguna clase; lo absolvió de inmediato y ordenó su inmediata libertad.

En junio de 1907 Ricardo y Librado se reunieron en Los Angeles, California, y publicaron en forma clandestina un nuevo periódico: Revolución, pero en agosto serían descubiertos, arrestados e incomunicados, a pesar de lo cual organizaron desde su celda la revolución de junio-julio de 1908; que fracasaría. En mayo de 1909 se les envió a Arizona; se les sentenció por violación a las leyes de neutralidad y no serían puestos en libertad sino hasta agosto de 1910.

Al regresar a Los Angeles reanudaron Regeneración y decidieron que la revolución armada contra la dictadura porfirista debería estallar en noviembre de 1910. En junio de 1911 sus oficinas fueron allanadas por la policía, y ellos, privados de la libertad por dieciocho meses en la penitenciaría de la Isla Mc Neil. Durante este tiempo murió la esposa de Librado. Unos compañeros se hicieron cargo de sus dos hijos, hombre y mujer, de 15 y 11 años respectivamente. En un raro ejemplo de compasión, la administración Wilson le otorgó temporalmente libertad bajo palabra para asistir al funeral, pero no pudo hacerlo por no encontrar suficiente dinero para sus gastos de viaje.

Después de su liberación, en enero de 1914, Librado y Ricardo regresaron a Los Ángeles y reanudaron su trabajo en Regeneración, pero a finales del año tuvieron que suspenderlo por problemas financieros. En 1916 se les detuvo una vez más y se les liberó bajo fianza varios meses después, pero prohibiéndoseles que hicieran circular su periódico por correo. Durante casi dos años no pudieron hacer nada, pero al reemprender sus actividades periodísticas en marzo de 1918, serían arrestados de nuevo; esta vez bajo la acusación del delito de espionaje, por publicar un manifiesto dirigido a los anarquistas y a los trabajadores del mundo, en el que les anuncian la revolución social venidera. Dijo el juez Bladsoe: “La actividad demostrada por estos hombres ha sido una constante violación a la ley, a toda ley; porque lo mismo han violado las leyes divinas que las humanas”. Librado fue sentenciado a quince años de prisión, Ricardo a veinte. En diciembre de 1919 Ricardo fue llevado a la penitenciaría de Leavenworth, Kansas. Nueve meses más tarde, Librado sería alojado en la celda contigua.

En México, estallaron huelgas y se organizó un boicot a las mercancías estadounidenses en un intento por presionar a las autoridades norteamericanas para liberar a los dos hombres. El mismo gobierno mexicano giró instrucciones a su embajada en Washington para que intercediera por ellos ante el gobierno estadounidense; pero la petición fue rechazada. Eran anarquistas peligrosos y no mostraban ningún arrepentimiento por su supuesto crimen.

Durante dos años, Librado observó la forma en que la salud de su viejo compañero Ricardo se deterioraba y desarrollaba su creciente ceguera, a pesar de lo cual se le negó rotundamente atención médica adecuada. El 20 de noviembre de 1922, duodécimo aniversario de la revolución mexicana, los dos amigos se reunieron y hablaron por última vez. Al día siguiente, Ricardo sería encontrado muerto en su celda. Oficialmente, de un ataque al corazón. Pero Librado sospechó que había sido asesinado y se convenció de ello cuando las autoridades de la cárcel le dictaron el texto del telegrama que debía enviar a sus compañeros.

Algunos meses después, a principios de 1923, se le deportó a México. Fijó su residencia en Villa Cecilia, Tamaulipas (hoy Ciudad Madero) y editó Sagitario, periódico fundado por el grupo anarquista “Los hermanos rojos”, dirigido principalmente a los trabajadores petroleros, que pronto ganaría una amplia circulación. En abril de 1927 fue arrestado y llevado a la penitenciaría de Tampico. Pero desde aquí seguiría escribiendo sus artículos contra el gobierno “socialista” de Calles.

Sentenciado a seis meses de encarcelamiento, fue liberado a las seis semanas. Al descubrir que las oficinas de Sagitario habían sido invadidas por la policía y las prensas quemadas, se mudó a Monterrey, Nuevo León, y fundó el periódico Avante, del cual no pudo sacar más que tres números, porque en febrero de 1929 las oficinas e imprentas del periódico también fueron destruidas por la policía, y él, llevado a la prisión militar de Tampico. Trató de implicársele en el asesinato de Obregón, pero a pesar de que fue apaleado y casi asesinado, se burló de sus captores. A los dos meses se le liberó, regresó a Monterrey y reanudó la publicación de Avante. Entonces, el correo se negó a enviar el periódico a sus destinatarios porque atacaba al gobierno de la República, y dos días más tarde una fuerza de soldados federales invadió las oficinas y destruyó todo lo que encontró, inclusive una colección completa de Regeneración.

Librado se mudó a México y en 1931 comenzó la publicación de Paso para apoyar a los maestros de San Luis Potosí en su pleito contra el gobierno, que rehusaba pagarles sus sueldos. Pero en febrero de 1932 fue víctima de un extraño accidente automovilístico y murió el 1º. de marzo siguiente, aunque no del accidente sino del tétanos que contrajo por descuido médico.

jherrerapen@hotmail.com


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