Historia y política

José Herrera Peña 

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México 2000


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CATÓN

Cd de México.-Los franceses son muy inteligentes. Hablo en términos generales, desde luego. Debe haber también franceses tontos. Pero así, a ojo de buen cubero, se puede asegurar sin miedo al juicio de la Historia que los franceses son muy inteligentes. Tan inteligentes son que inventaron el pan francés. No hay pan más pan que ése, ni más cartesiano y lógico. Cuando pasa una francesa por la calle con su baguette bajo del brazo, lleva en el hueco de su axila el buen sentido de Pascal, la racionalidad de Montaigne y la sabiduría popular de Rabelais. El pan francés es cultura hecha migajón; es la razón práctica horneada.

Uso esta introducción como pórtico para una frase de Malraux, frase que tiene la miga del pan francés, y su verdad: "En tiempos de transición política es muy difícil para un hombre honrado cumplir su deber. Y más difícil aún es encontrar cuál es ese deber". Consideren la dicha frase los miembros del equipo de transición de Fox, y aplíquenla al caso de los dineros que han cobrado. Ningún argumento jurídico, moral o de cualquier otra índole puede esgrimirse en forma valedera para justificar la disposición de esos fondos salidos del erario. Ni quienes aprobaron el pago ni quienes lo reciben hallarán modo de defenderlo con apego a la honestidad y a la ley. Muchos indicios hacen suponer que ni los mismos foxistas -y los panistas menos- están seguros de la licitud de los salarios que cobran algunos encargados de la transición.

El Presidente electo se ha mostrado ambiguo, y aun contradictorio, en torno al caso. No sabemos de qué vive: su vocera manifestó una vez que Fox cobra desde agosto sueldo de Presidente, pero el guanajuatense niega estar recibiendo un sólo centavo del erario federal y dice que tiene un sueldo salido de las empresas familiares. Sin embargo, hace poco declaró que estaba separado por completo de los negocios de su familia.

Fox justifica hoy el pago a sus colaboradores cuando apenas el 16 de julio aseguró que hasta tomar posesión de sus cargos él y su equipo trabajarían gratuitamente, por puro amor a México.

Entre los miembros del equipo de transición hay quienes -con buen sentido y encomiable decencia- se negaron a aceptar pago alguno por su servicios. Otros, aunque reciben el dinero, lo están donando a un fondo para becas que operará en la próxima administración.

La misma duda e iguales reticencias se observan en el PAN. Felipe Calderón Hinojosa manifestó que no tiene opinión al respecto. Y eso lo dice él, que tiene opinión sobre tantas cosas. Otros panistas, menos evasivos, dijeron "a título personal" que ha faltado congruencia y sensibilidad política a quienes están cobrando esos salarios.

El asunto, en fin, ha resultado un problema para Fox. Quienes le manejan su imagen -supongo que están en funciones todavía- deberían aconsejarle que aconseje a sus colaboradores -a los que están cobrando sueldo por amar a México- que renuncien a esa percepción y devuelvan los emolumentos recibidos. No pueden poner oídos sordos a las críticas de sus opositores y de la opinión pública. Si por suficiencia o terquedad se empecinan en seguir cobrando esos dineros incurrirán en responsabilidades sobre las cuales cualquier abogado les podrá advertir.

Diga lo que diga el secretario de Hacienda, y apláudanlo cuanto lo aplaudan los panistas (¡cosas veredes!), el pago de esas cantidades y su correspondiente cobro no tienen fundamentación legal.

Mal comienzan los nuevos dirigentes cuando tan poco respeto muestran a la ley... 

FIN.

Publicado en Reforma, 22 septiembre 2000


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