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Nuevos
partidos políticos 14 julio 2000. En el pasado proceso electoral, todos los partidos perdieron más que lo que ganaron. Si se mantienen como están, corren el riesgo no sólo de debilitarse sino de desaparecer. Todos ganaron, desde luego; primero, por participar, y después, por llenar los espacios políticos que les corresponden. Pero perdieron lo que estratégicamente se propusieron ganar. Ya sabemos lo que ganaron. Todos los políticos hablan triunfalmente del tema y hasta dicen que lo que perdieron fue culpa de otros y que lo que otros ganaron se lo deben a ellos. Rosario Robles, por ejemplo, del PRD, ha declarado que el PAN ganó a nivel nacional gracias a las luchas del PRD. También sabemos lo que perdieron. El PRI perdió la Presidencia de la República, pero también la perdió el PAN y el PRD perdió una gran influencia en el Congreso de la Unión y en la Ciudad de México. Los políticos, a pesar de que hablan del tema con renuencia, tendrán que empezar a analizarlo exhaustivamente, a pesar suyo; primero, "a puerta cerrada", y luego, obligadamente, en público. Pocos han admitido que perdieron su identidad y su razón de ser. En los próximos tres años seremos testigos de sus esfuerzos por alcanzar una nueva identidad. Sin embargo, en lo sucesivo, ya no serán los partidos los que decidan el destino de la cosa pública. Serán los electores. Luego entonces, todos los partidos tendrán que reorganizarse en función de este principio. Unos lo lograrán y renacerán bajo nuevas formas. Otros no. Empezarán a agonizar. Veremos pues no sólo a transformación de todos los partidos sino también la muerte de unos y el surgimiento de otros. México DF 14 julio 2000.
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